Ante la trayectoria egoísta y alejada del interés social que ha caracterizado el comportamiento de las patronales asentadas en el Archipiélago, hay que recordar que las Medallas de Oro de Canarias, se conceden a las personas, corporaciones e instituciones que, dentro o fuera de Canarias se hayan hecho merecedoras del reconocimiento del pueblo canario y son entregadas a propuesta del presidente del Gobierno. Evidentemente, las organizaciones provinciales empresariales no reúnen mérito alguno para tal distinción.

A juicio de Intersindical Canaria, el presidente Clavijo ha cometido un claro acto de felonía al manipular el sentimiento de la población canaria que, precisamente, en su mayoría son trabajadores. Con esta acción el presidente Clavijo y su partido confirman públicamente su vinculación a los sectores opulentos de la sociedad despreciando a la mayoría social sometida a la exclusión.

Incluso, tras la superación de denominada crisis, los trabajadores canarios mantienen los peores salarios, con una brecha de hasta 14 puntos por debajo de la media española; la calidad de empleo se encuentra entre las peores del Estado. El alto nivel de fraude empresarial y economía sumergida, detectado tras el inicio de la inspección laboral realizada por el propio gobierno así lo confirma. Mientras, los costes económicos de las empresas son los más bajos, lo que supone una concentración de beneficios añadidos del empresariado, hechos que no han tenido su traslación en mejorar el miserable poder adquisitivo de la clase trabajadoras de las islas

A poco de que los presidentes de las patronales, los Sres. José Carlos Francísco y Agustín Manrique de Lara, recibieran el pasado Día de Canarias las distinciones de mano del presidente Clavijo, la Iglesia canaria volvía a denunciar que a pesar de la bonanza económica, los injustificados bajos salarios en el Archipiélago aumentaban el nivel de pobreza de los ciudadanos. También en esa misma fecha los indicadores estadísticos del Estado volvían a situar a los trabajadores canarios como los peores pagados.