Mientras los Servicios de Urgencias de los hospitales de tercer nivel en la Isla de Tenerife viven una situación de auténtico caos, un verdadero estado de sitio, con pasillos abarrotados, espacios duplicados (en los lugares habilitados para una cama albergan dos), ambulancias en los accesos esperando para dejar a los pacientes por inexistencia de lugares donde ubicarlos, desatendiendo al mismo tiempo el transporte sanitario la Áreas que tiene asignadas, con cientos de pacientes a la espera de una cama hospitalaria y más de diez horas de demora para ser valorado, la Consejería de Sanidad, instalada en su pasarela mediática desde la que trata de seducir con sus cantos de sirena a las organizaciones sociales, mira para otro lado y, lejos de activar el prometido plan de contingencia de las Urgencias Sanitarias previsto, sólo se le ocurre suspender las intervenciones quirúrgicas programadas en el Servicio Público, con la negativa incidencia en la tergiversadas Listas de Espera y permitir que se mantenga en la privada concertada esta actividad a ritmo de crucero, parasitando paquetes de “intervenciones”, por supuesto, con menor riesgo de complicaciones y económicamente más rentables...

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